jueves, 30 de diciembre de 2021

Parasha 14 Vaera 5775 - El proceso de la Gueula



COMENTARIO DE LA PORCIÓN SEMANAL DE LA TORÁ
Parashá 14º Vaera - 5775
Éxodo 6:2 – 9:35

EL PROCESO DE LA GUEULA (REDENCIÓN)

La porción de esta semana nos habla de las 4 acciones que Hashem trasmitió a Moshé que haría para concretar la redención (gueula) del pueblo de Israel en la tierra de Mitzraim. Dichas expresiones corresponden al proceso de la redención final, la gueula, que Hashem hará y comenzó hacer en la sangra de nuestro amado Mesías Yeshuá (como veremos más al final de nuestro comentario).

En el principio de nuestra porción semanal comenzamos leyendo que Hashem le promete a Moshé que bajo la revelación de su sagrado e inefable nombre de las cuatro letras Y – H – V – H, cumplirá todo lo que le prometió, él sacara a Israel de Mitzraim con mano fuerte y los redimirá. Sin embargo, una de las cosas que llama la atención es el texto con el cual comienza, nuestra parasha, donde leemos en la bendita Torá:

“Habló todavía Elohim a Moshé, y le dijo: Yo soy YHVH. Y aparecí a Abraham, a Itzjak y a Yaacov como Elohim Omnipotente, mas en mi nombre YHVH no me di a conocer a ellos. (Shemot – Ex 6:2-3)

Antes de Moshé los patriarcas conocían el nombre personal de Elohim, pero él mismo asegura que no “se dio” a conocer él a ellos en ese nombre. Es decir, aunque conocían su nombre, Hashem no se había revelado a ellos en la esencia de su nombre, pues ninguno de ellos vería cumplidas, las promesas que Elohim les hacía. Sin embargo Moshé sí, por eso es que como Hashem está cumpliendo sus promesas, está revelando a Moshé la esencia de su nombre, como aquel que promete y siempre cumple, pues no es hombre para mentir ni hijo de hombre para arrepentirse.

El nombre sagrado e inefable “Y H V H” y el nombre “Elohim” son los dos nombres que más se mencionan en las sagradas escrituras respecto del Creador. Los Rabinos enseñan que cada vez que la Tora y el Tanaj encontramos estos nombres, es porque la situación contextual donde son citados, está relacionada con la esencia de cada uno de ellos. El nombre “Elohim” aparece más de 2500 veces en todo el Tanaj y el nombre “Y H V H” aparece casi 7.000 veces en las escrituras hebreas, esto nos enseña la importancia de que ahora el Eterno le diga a Moshé que se está revelando a él con su nombre. El nombre personal de Hashem está relacionado con la misericordia del Eterno, y el nombre “Elohim” con la justicia del Eterno. Sobre estos dos pilares está fundado el mundo: “Misericordia y Justicia”. Lo primero que Moshé recibe del Eterno en la revelación de la zarza que no se extinguía fue la declaración de la misericordia de Hashem, como está escrito en Shemot - Éxodo 3:7, 9:

“Y HaShem dijo: Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he escuchado su clamor a causa de sus capataces, pues estoy consciente de sus sufrimientos...Y ahora, he aquí, el clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí, y además he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.”

Esta es la manifestación en la que Hashem se está mostrando a Moshé, que los patriarcas Abraham, Itzjak, Yaacov, no habían conocido, el nombre inefable de Hashem revelaba la misericordia del Eterno y su veracidad para cumplir sus promesas.

Sin embargo hay otra cualidad del nombre del Eterno que estaba oculta para los Padres, Abraham, Itzjak, Yaacov, y es era algo que ellos jamás podrían haber experimentado, pues no la necesitaron como toda la nación de Israel la necesito: LA REDENCIÓN. Como está escrito en Éxodo 3:8a, 10:

“Y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y para sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel... Ahora pues, ven y te enviaré a Faraón, para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto.”

Cuando una persona está sola, esclava, enferma, en pobreza espiritual cuando esa persona siente que no hay nadie en la vida que la pueda ayudar, solo hay uno que es capaz de sacarla de ese estado. Uno que esté dispuesta a comprar su vida, a redimirla. Los hijos de Israel estaban así, en una situación de tiniebla y tristeza, que solo un redentor las podía sacar de ese lugar y estado ¿Quién sería? ¿A quién acudirían? De aquí aprendemos, cuan necesarios son los “exilios” para que existan “redención” – Las personas solo pueden llegar a comprender que es la libertad cuando han sido esclavos, solo se puede valorar una nueva vida, cuando se a estado muerto. Los exilios son propósitos del Eterno, y son muy necesarios para la redención de las personas. Cada ser humano tiene su propio exilio, tiene su propio Egipto, tiene su propia esclavitud. Hay quienes mueren en ese estilo de vida, pensando que la vida es así, y que a ellos les toco vivirla de esa forma, pero otros despiertan y en un segundo de sabiduría, como lo hicieron los hijos de Israel, miran al cielo y piden ayuda.

No es casualidad que la palabra (תולג)“Galut” (exilio) y (הלואג)“Gueula” (redención) en hebreo se escriban con las mismas letras, solo una Alef (א) y una Hei (ה) hacen la diferencia entre una y otra palabra.

La alef (א) representa la espiritualidad, la vida en contraste con la muerte, la libertad en contraste con la esclavitud, la redención en contraste con el exilio. 

En realidad lo que salvo a los Israelitas del exilio de Egipto y trajo sobre ellos l a redención, fue que el mismo sufrimiento del exilio despertó en ellos la alef que llevaban dentro, es decir la espiritualidad, la conexión con el mundo celestial tan lejano para aquellos que viven en Egipto como si la vida consistiera en servir a Paró. Cuando una persona es despertada desde el cielo, y se le permite ver cuando necesita arrepentirse y volverse al Creador, en realidad se le está dando la posibilidad de alcanzar la redención, la espiritualidad del mundo alef, el mundo celestial.

La Hei (ה), representa la vida, la alma, el ser completo que terminara siendo redimido si despierta dentro de sí la realidad espiritual que estaba escondido, solo con pedirlo, solo con abrir los labios y de todo corazón pedir ayuda al santo bendito es. La Hei, según los sabios de la cabala, representa también a las 5 partes del alma, y es una de las letras del nombre de Hashem, por lo cual vemos otra vez, que el nombre del Eterno está en completa acción cuando de la redención de un alma se trata.

De aquí aprendemos entonces que sin espiritualidad (alef) no hay redención del alma (hei), y todo es un galut (exilio).

La historia de la redención de Hashem para los hijos de Israel comienza en realidad mucho antes de Moshé, recordemos que el Eterno le había hablado a su siervo y amigo Abraham, que su descendencia seria esclava en una tierra que no conocían, como está escrito:

“Más a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él. Entonces YHVH dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí” (Génisis – Bereshit 15:12-16)

¿Podría pensar que un Di.s tan bueno como el nuestro, desea que su pueblo sea esclavo y sea oprimido por una nación poderosa en tierra ajena? Y es que en realidad solos exilios han despertado en Israel la capacidad espiritual tan grande que hay que cada alma del pueblo. Sin sufrimientos no hay redención. Como lo dijera en su momento el Rab Shaul de Tarso: “Es necesario que por muchas tribulaciones entréis al reino de Dios” o como lo dijera también nuestro amado Mesías Yeshuá: “En el mundo (Egipto) tendréis aflicciones, pero no temáis, yo he vencido al mundo”. Y es que la fuerza de cada hijo de Di.s reside en despertar del sueño, a través de las experiencias y las pruebas que Hashem pone en el camino, para hacer de nosotros un mejor pueblo. Las personas solo crecen a través de las adversidades, y el oro, solo se puede probar a través del fuego.

Años más tarde, cuando Yaacov, había tenido doce hijos entre ellos Yosef, el hijo predilecto. Este fue vendido como esclavo a la nación de Egipto, la que en el futuro oprimiría a los Hijos de Israel, todo, como parte de un propósito divino que tenía como objetivo final redimir a todo un pueblo y darles lo más preciado a los pies de un monte, la Torá.



Como todos sabemos, Yosef sufrió mucho en medio de Egipto antes de ser elevado al puesto virrey. En medio de ese sufrimiento Hashem se le revelo de forma muy peculiar, leemos en la bendita Torá: 

“Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a Yosef, y le dijo: Yo soñaba que veía una vid delante de mí, y en la vid tres sarmientos; y ella como que brotaba, y arrojaba su flor, viniendo a madurar sus racimos de uvas. Y que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas y las exprimía en la copa de Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón”. (Génesis - Bereshit 40:9-11)

Este pareciera ser un sueño sin trascendencia para muchos, pero en realidad, cada situación en la Torá, incluso los sueños del copero y del panadero, tienen una enseñanza digna de investigar, pues no solo son relatados para que la historia se desarrolle de mejor manera, sino que con el fin de mostrarnos algo profundo que aún no podemos ver.

¿Por qué Hashem llevo a Yosef a la cárcel y no a otro lugar de Egipto? La palabra “Mitzraim” que se traduce “Egipto” en realidad significa: “Estreches”, y es que Egipto en la realidad espiritual es la angustia, la estrechez misma del alma, la opresión de las fuerzas del pecado sobre una persona que no ha obtenido la redención. Yosef fue llevado al lugar más “estrecho” mas “angustioso” de la nación más “estrecha del mundo”, solo para oír e interpretar los sueños que le fueron contados, y para que él supiera, que en realidad esos sueños no eran solo para el copero y el panadero, sino que para él mismo. Hashem le estaba mostrando a Yosef, lo que sucedería con todo su pueblo en medio de la nación de Egipto en el futuro.

Cada vez que la Torá nos habla de “Copas” nos está de una u otra manera comunicando el proceso de la redención. El copero y su sueño, son un instrumento del Eterno mismo, para comunicarle a Hashem que Israel sería redimido finalmente de la mano de Paró en un futuro. Para mí, esto tiene una intima relación con el mesías Yeshua:

La copa: es el pacto, la alianza de Hashem con Israel, que solo se sella con la sangre. Yeshua dijo: “Beban esta copa, que es la alianza de Hashem renovada en mi sangre”.

La vid: Es Israel, muchas partes de las sagradas escrituras nos enseñan que Israel es una vid. Al mismo tiempo Yeshuá dijo de él “Yo soy la vid verdadera y vosotros los pámpanos”. La vid contiene a toda la sangre derramada de la congregación de Israel en todas las generaciones, la sangre de los santos profetas, la sangre de los Justos que murieron siendo perseguidos, la sangre de los Judíos que han muerto en los distintos exilios del pueblo durante todo el tiempo de su existencia., pero sobre todo, la sangre del Mesías Yeshuá, derramada por todo Israel y el mundo para la redención el perdón de los pecados.

Los tres racimos: Son para el copero tres días, pero para Israel y el mundo son tres días de los cuales dependerá la redención de toda la humanidad, como está escrito: “El hijo del hombre resucitara al tercer día”, cuando eso sucedió, la gueula (redención) recién comenzaba.

Los brotes: Representan a los hijos de Israel y las almas redimidas de las naciones, que crecerán a causa de la vid. Los Hijos de Israel, tienen la cualidad de multiplicarse cuando están en pruebas y en exilios, cumpliendo así con la palabra de Hashem dada a Abraham: “Tu descendencia será como las estrellas del cielo que no se puede contar” aludiendo a las generaciones de todas las naciones que tendrían la fe de Abraham, y que serían redimidas, y sostenidas por la vid de Israel y el Mesías. Y también: “Tu descendencia será como la arena del mar” aludiendo a las multitudes de Israel dispersas en el mundo, que serán finalmente redimidas unidas a la vid verdadera. 

Paró: Son los poderes espirituales que nos han oprimido, durante toda la historia del pueblo de Israel, son los poderos facticos, militares, las injusticias de los gobiernos del mundo contra cada alma que nace y se sostiene del poder de la vid verdadera de Israel y el Mesías.

Copero que exprime la copa: Representa al caudillo, al que debe servir a Paró hasta que sea necesario, hasta que la redención se complete. Y es que en realidad , Israel es el caudillo de Hashem, que está en Egipto, él debe servir a Paró, porque está bajo su dominio, pero cada vez sabe que se acerca su redención final. Las palabras de nuestro amado Mesías Yeshuá suenan muy fuerte: “Levanten su cabeza, porque vuestra redención esta cerca”.

Yosef por lo tanto comprendió, que el sueño del copero no era solo para el copero, sino que un mensaje de Hashem para él. Su descendencia al igual que él, vivirían esclavos en esa nación, y de ahí también al igual que él serían redimidos.

Como podemos ver, la redención es un proceso, que claro, en la parasha de nuestra semana para los Hijos de Israel, se está comenzando a concretar, pero que sin embargo ya había comenzado hace muchos años atrás. Por lo cual, la redención es una experiencia diaria, una experiencia de toda la vida. Lo mostrare de la siguiente forma, con una cosa curiosa dentro del estudio de esta semana, me pareció la de la letra Alef en la palabra Gueula (Redención), como ya vimos, sin la alef y la Hei, nos quedaría la palabra Galut (exilio). Sin embargo, como la idea es que vayamos aprendiendo de la redención, me gustaría indicar, que es lo que me pareció curioso. Quizás para alguien no tenga importancia pero para mí las letras, las palabras, y los números, son el modo en el que Di.s nos habla constantemente, veamos:

Si la alef, es la causa de la redención del alma (hei), y si la redención es un proceso, como estamos viendo, entonces deberíamos tener claves en la Torá que nos muestren que la alef (que representa la posibilidad de la redención) ha estado presente en cada día de la historia de la humanidad, posibilitando al hombre la oportunidad de la redención. Pues como dijera el Rab Shaul: “Di,s quiere que todos los hombres procedan al arrepentimiento”. Recordé entonces lo que aprendí hace algún tiempo atrás de mí More de Hebreo:

En Bereshit - Génisis 1:1: está escrito:

Como podemos ver, en el texto hebreo del primer verso de la Torá tenemos 6 letras Alef. En el Talmud, se nos dice que el mundo debe existir 6 mil años. Esto está relacionado con los días de la semana que son 6, respecto del séptimo día que es Shabat . Gráficamente podemos entenderlo así:

Una alef = mil años. Una alef = un día.

Una alef = un día de la semana respecto del shabat.

Una alef = mil años de la semana de siete mil años que debe existir el mundo p ara su redención final.

Una alef = un día de redención. Una alef = mil años de redención.

Lo que en realidad intento transmitirles, es que realidad el proceso de la redención final comenzó cuando se comenzó a crear todo por mano del santo bendito. Cada acción de la creación, cada letra de la Torá, cada cosa de este mundo, tolo lo creado y lo que aún no se crea, a sido diseñado por Di.s para llevarnos finalmente a nuestra redención final.

El hombre vive a diario una redención que lograr, una experiencia la cual debe superar, una inclinación al mal que debe vencer, una tentación, una decisión que tomar. Siempre estamos siendo exiliados, y nuevamente redimidos, sino fuera por SUS SALVACIONES, que nos redimen a diario donde estaríamos hoy. Como está escrito:

“Tomaré la copa de la salvaciones, E invocaré el nombre de YHVH” (Salmos 116:13)

Como todo en las escrituras está totalmente enlazado, nos hallamos con este hermoso versículo del Salmos 116, donde leemos “Tomare la copa” (como la del copero de Yosef) (como la de nuestro amado Mesías Yeshuá). Seguidamente a copa, leemos: “de las salvaciones” “en hebreo leemos una palabra plural, aunque la mayoría de las versiones la traduce como “salvación”, ahí leemos la palabra “Ieshuot” (salvaciones), pues son muchas las salvaciones que él hizo con Israel, que él hace en el mundo y que él hizo, hace y hará con nosotros. Pero como si fuera poco, luego leemos: “e invocare el nombre de YHVH”, nuevamente notamos que la misión del nombre es revelar la misericordia del Eterno, y su misión redentora.

Como la redención final es un proceso que consta de varias salvaciones, aprendimos que cada vez que Paró puso un edicto o una carga pesada en Israel lo hacía de parte de Hashem. Pues era el modo en que él hacia prevalecer sus salvaciones sobre todos los hijos de Israel. Por esta razón es que alzamos la copa de las salvaciones y no la copa de la salvación. Pues la redención consiste en varios procesos de rectificación del alma, donde debemos alejarnos cada vez más de nuestro Egipto y unirnos al mundo celestial, donde mora el Mesías Yeshua.

Hashem prometió a Israel:

“Por tanto, di a los hijos de Israel: "Yo soy HaShem, y os sacaré de debajo de las cargas de los egipcios, y os libraré de su esclavitud, y os redimiré con brazo extendido y con juicios grandes. Y os tomaré por pueblo mío, y yo seré vuestro Elohim; y sabréis que yo soy HaShem vuestro Elohim, que os sacó de debajo de las cargas de los egipcios. "Y os traeré a la tierra que juré dar a Avraham, a Yitsjak y a Yaakov, y os la daré por heredad. Yo soy HaShem." (Shemot – Ex. 6:6-8)

Note las siguientes expresiones: “1. os sacaré – primera copa llamada “kidush”, “santificación”

2. os libraré – segunda copa llamada “juicio” 3. os redimiré – tercera copa llamada

“redención” o “bendición” 4. os tomaré – cuarta copa llamada “alabanza”

Cuatro expresiones que corresponden a los procesos de la redención, estas mismas cuatro expresiones están relacionadas por los sabios de nuestro pueblo Israel con las 4 copas de la redención que tomamos en la cena de Pesaj, la festividad donde murió nuestro amado Mesías Yeshuá por nuestros pecados. Dentro de estas cuatro copas, se encuentra la más importante de todas, (la tercera): “La copa de la redención”, la misma que tomo nuestro amado Mesías Yeshuá cuando dijo:

"Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí." (1Corintios 11:25).

O como escribiera el Rab. Shaul de Tarso:

"Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados." (Colosenses 1:12-14).

Bendito sea Hashem por sus salvaciones, y por su brazo el Mashiaj Yeshuá que las ejecuta. Amen.

“Con tu brazo has redimido a tu pueblo, a los hijos de Yaakov y de Yosef.”

(Shavua Tov – Buena Semana)

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