sábado, 24 de julio de 2021

Parashat 46 Ekev 5774 / La consecuencia de obedecer a las leyes sociales

PARASHAT 46 EKEV 5774

Éxodo 21:1-24:18

Las consecuencias de obedecer a las leyes sociales.


La palabra “Ekev” significa “consecuencia” ¿Que es la palabra “consecuencia”, es la “secuencia” de algo que hicimos bueno o malo a los ojos de Hashem? En este caso, se tratará acerca de los frutos de hacer los mandamientos del Eterno. 

Nos dice la bendita Torá: 

“Y como consecuencia de que escuchéis estos decretos (mishpatim) y los guardéis y los cumpláis, HaShem tu Elohim guardará su pacto contigo y su misericordia que juró a tus padres. Y te amará, te bendecirá y te multiplicará; también bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu cereal, tu mosto, tu aceite, el aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño en la tierra que Él juró a tus padres que te daría. Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá varón ni hembra estéril en ti, ni en tu ganado. Y HaShem apartará de ti toda enfermedad; y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de Egipto que has conocido, sino que las pondrá sobre los que te odian. Y destruirás a todos los pueblos que HaShem tu Elohim te entregue” (Devarim – Deuteronomio 7:12-16) 

La palabra “Ekev” literalmente significa “Talón”, lo cual nos muestra que cuando se trata del cumplimiento de los mandamientos lo debemos hacer con toda “NUESTRA ACCIÓN”. El Talón nos mantiene en pie, y nos conduce a donde deseamos ir. Si usamos nuestros talones para el bien, solo tendremos consecuencias buenas. 

Estos versículos enseñan que hay condiciones para que HaShem guarde, con los hijos de Israel, el pacto que juró a sus padres. También hablan de las consecuencias de la fidelidad al pacto. Hay unas condiciones y unas consecuencias. Las condiciones son las siguientes: 

- Oír y obedecer (shamá) los mishpatim (leytes sociales). 

- Guardar (shamar) los mishpatim. 

- Cumplir (asá) los mishpatim. Las consecuencias son: 

- HaShem guardará su pacto con Israel. 

- HaShem guardará su misericordia con Israel. 

- HaShem amará a Israel. 

- HaShem bendecirá a Israel. 

- HaShem multiplicará a Israel. 

- HaShem bendecirá los hijos de los israelitas. 

- HaShem bendecirá los productos agrícolas de los israelitas. 

- HaShem bendecirá la producción de los animales de los israelitas. 

- Los israelitas tendrán más bienestar que otros pueblos. 

- No habrá esterilidad en los hombres o en los animales israelitas. 

- No habrá enfermedad entre los israelitas. 

- Las enfermedades alcanzarán los enemigos de Israel. 

- Los israelitas tendrán poder para exterminar las siete naciones. 

Las condiciones para obtener los beneficios del pacto en primer lugar tienen que ver con la fidelidad a las leyes que tienen que ver con el amor al prójimo. La obediencia a los mishpatim, que son las leyes sociales, es una condición para poder recibir el amor de HaShem. Esto nos enseña que el amor que HaShem muestre a nosotros está relacionado con el amor que mostremos al prójimo. El mismo principio se encuentra en los Escritos Apostólicos, donde vemos que el amor que mostramos hacia el prójimo es un reflejo del amor que tenemos hacia el Padre, como está escrito en 1 Juan 3:14, 23; 4:8, 12, 20: 

“Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en muerte... Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Yeshúa el Mesías, y nos amemos unos a otros como Él nos ha mandado... El que no ama no conoce a Elohim, porque Elohim es amor... Si alguno dice: Yo amo a Elohim, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Elohim a quien no ha visto.” 

La relación entre nosotros y el prójimo determina nuestra relación con el Padre. Es imposible servir al Eterno sin amar a los hermanos. Es imposible sacar los beneficios del pacto sin estar bien con los demás. 

“Y HaShem apartará de ti toda enfermedad; y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de Egipto que has conocido, sino que las pondrá sobre los que te odian.” – 

La sanidad divina es una consecuencia de la obediencia a las leyes sociales, los mishpatim. Si hay una relación armoniosa entre los integrantes del pacto, tendremos todos los beneficios del pacto, que también incluyen la prosperidad económica, la sanidad divina y el poder sobre los enemigos, incluso los demonios. 

Si tenemos relaciones de enemistad entre nosotros, no podremos hacer frente a los demonios. Si no nos tratamos bien tendremos enfermedades que no van a sanar, escasez económica y sequía espiritual. 

La palabra hebrea que ha sido traducida como “amar” es “ahav”, que significa: “amar”, “desear”, “querer”, “enamorarse”, “sentir cariño, afecto y afección”; “sentir pasión”, “gustar”, “ser leal”, “ser adicto”. Hay dos tipos generales de amor: 

- Amor condicional – que ama dependiendo de las actitudes, de la manera de ser o del comportamiento del otro. Tenemos un ejemplo en las palabras del Rebe en Juan 14:23 donde está escrito: 

“Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará…” 

- Amor incondicional – que ama independiente de las actitudes, de la manera de ser o del comportamiento del otro. Tenemos un ejemplo de ese amor en Deuteronomio 7:7-8 donde está escrito: 

“HaShem no os deseó ni os escogió por ser vosotros más numerosos que otro pueblo, pues erais el más pequeño de todos los pueblos; mas porque HaShem os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres, HaShem os sacó con mano fuerte y os redimió de casa de servidumbre, de la mano de Faraón, rey de Egipto” 

Otro ejemplo se encuentra en Romanos 5:6-10 donde está escrito: 

“Porque Mashiaj, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Elohim muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Mashiaj murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Elohim por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.” 

En el texto de Devarim, que nos ocupa, vemos que el pacto es condicional, de manera que el pueblo tiene que cumplir con los mandamientos para mantenerse dentro del pacto. La idolatría rompe el pacto entre el Eterno e Israel al igual que el adulterio rompe el pacto matrimonial entre los cónyuges. El que comete adulterio quiebra el pacto matrimonial. 

El judío que no cumple con el mandamiento de la circuncisión se sale del pacto de la circuncisión y no puede aprovecharse de sus beneficios. En un pacto hay condiciones para ambas partes. 

El pacto que HaShem hizo con Avraham en Génesis 15 es incondicional. Por medio de ese pacto HaShem puso su propia existencia en juego. Si Él no cumple sus promesas dadas en ese pacto dejará de ser. Esa es la razón por la que Él mismo toma la iniciativa para cambiar e l corazón del pueblo de Israel para que guarden sus mandamientos, con el fin de que las promesas dadas en el pacto puedan ser cumplidas, como está escrito en Ezequiel 36:22-27: 

“Por tanto, di a la casa de Israel: "Así dice Adonai HaShem: 'No es por vosotros, casa de Israel, que voy a actuar, sino por mi santo nombre, que habéis profanado entre las naciones adonde fuisteis. 'Vindicaré la santidad de mi gran nombre profanado entre las naciones, el cual vosotros habéis profanado en medio de ellas. Entonces las naciones sabrán que yo soy el HaShem'--declara Adonai HaShem-- 'cuando demuestre mi santidad entre vosotros a la vista de ellas. 'Porque os tomaré de las naciones, os recogeré de todas las tierras y os llevaré a vuestra propia tierra. 'Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 'Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 'Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos (jukim), y que guardéis mis ordenanzas (mishpatim), y los pongáis por obra.” 

En Deuteronomio 7:9 está escrito: 

“Él guarda el pacto y la bondad con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos” 

Esto nos enseña que el pacto sinaítico es condicional. Por otro lado, hay una profecía que dice que Israel seguirá siendo un pueblo mientras existan las leyes naturales, como está escrito en Jeremías 31:35-36: 

“Así dice HaShem, el que da el sol para luz del día, y las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, el que agita el mar para que bramen sus olas; HaShem de los ejércitos es su nombre: Si se apartan estas leyes de mi presencia--declara HaShem-- también la descendencia de Israel dejará de ser nación en mi presencia para siempre.” 

¿Será que Israel no dejará de ser fiel al pacto? Si la existencia de Israel depende de su fidelidad al pacto ¿cómo puede HaShem prometer que Israel nunca dejará de ser? La res puesta es: por causa del remanente. Lo que causó que estas promesas pudieran ser establecidas, es la existencia de un remanente fiel, un grupo reducido dentro de Israel. Siempre ha habido, y siempre habrá, un remanente fiel al pacto. Ese remanente ha sido, y sigue siendo, la salvación para el resto del pueblo. Sin ese remanente, Israel hubiera sido destruido como Sedom, según Isaías 1:9 donde está escrito: 

“Si HaShem de los ejércitos no nos hubiera dejado algunos sobrevivientes, seríamos como Sedom, y semejantes a Amorá.” 

En Romanos 11:1-6 está escrito: 

“Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Elohim a su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy israelita, descendiente de Avraham, de la tribu de Binyamín. Elohim no ha desechado a su pueblo, al cual conoció con anterioridad. ¿O no sabéis lo que dice la Escritura en el pasaje sobre Eliyahu, cómo suplica a Elohim contra Israel: Señor, HAN DADO MUERTE A TUS PROFETAS, HAN DERRIBADO TUS ALTARES; Y YO SOLO HE QUEDADO Y ATENTAN CONTRA MI VIDA? Pero, ¿qué le dice la respuesta divina?: Me HE RESERVADO SIETE MIL HOMBRES QUE NO HAN DOBLADO LA RODILLA A BAAL. Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia. Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia.” 

El remanente que ha habido, y que todavía hay en Israel, es el que ha hecho que los pactos hayan podido seguir vigentes y que HaShem pueda cumplir sus promesas de restauración para Israel en los últimos tiempos. 

Todo esto nos muestra que mientras hay posibilidad de guardar los mandamientos del Eterno debemos hacerlo para tener vida. 

Todos los mandamientos que yo os ordeno hoy, tendréis cuidado de ponerlos por obra, a fin de que viváis y os multipliquéis, y entréis y toméis posesión de la tierra que el SEÑOR juró dar a vuestros padres… el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del SEÑOR. (Deut. 8:1, 3b LBLA) 

En varias ocasiones aparece la expresión “hoy” – en hebreo hayom, םויה – en relación con el cumplimiento de los mandamientos. Los mandamientos han sido dados para ser cumplidos hoy y mañana pero no ayer porque no podemos cambiar el pasado, sólo el presente y el futuro. 

Este texto dice que hay vida como consecuencia del cumplimiento de los mandamientos. De esto aprendemos que el que quebranta los mandamientos está en el camino de muerte y el que los cumple está en el camino de vida. Al que quebranta los mandamientos le espera la muerte dos veces, en esta vida y después de la resurrección, y al que cumple los mandamientos le espera la vida dos veces, en esta vida y después de la resurrección. 

Cuando el ladrón que estaba colgado en el mismo árbol que Yeshúa estaba muriendo, le pidió al Maestro acordarse de él cuando viniera en su reino. Él murió por sus pecados como malhechor y lo reconoció. Al mismo tiempo le pidió al Redentor enviado por el Eterno que le tomase en cuenta en la resurrección de los muertos. Esto muestra que él se arrepentía de sus pecados y reconocía que Yeshúa no había hecho ningún pecado digno de muerte y que iba a ser levantado en alto después de su resurrección. El creía que Yeshúa iba a poder ayudarle a él en la resurrección a pesar de sus pecados. Por ese arrepentimiento, esa confianza y esa confesión fue salvo y Yeshúa pronunciaba una orden por la autoridad delegada que había recibido del Eterno: “De cierto, de cierto te digo hoy: Estarás conmigo en el paraíso.” 

Yeshúa le dio la promesa ese día que un día iba a estar con él en el paraíso, en el día de la resurrección de los muertos. Yeshúa, que era la Torá hecha carne, hablaba como la Torá, diciendo “Yo te ordeno hoy” (Deut. 8:1) mostrando así que lo que dijo era para hoy eternamente. Ciertamente hay vida en los mandamientos porque el hombre vive de toda palabra que sale de la boca del Eterno. 


אברהם בן יעקב 
Año Hebreo 5780 

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